Lisboa, ciudad de luz y contrastes
Nos encanta viajar. Cuando lo hacemos con unos ojos distintos a los de un turista se descubren infinidad de rincones nuevos, colores y formas que nos llenan de inspiración.
Cada vez que puedo aprovecho y me escapo un fin de semana a algún lugar nuevo, y esta vez he ido a Lisboa.
Todo aquel que haya tenido la oportunidad de visitar Portugal estará de acuerdo conmigo en que uno no puede dejar de mirar a todas partes. Las calles están repletas de colorido gracias a los miles de azulejos que visten las fachadas de los edificios y es que, resulta imposible encontrar dos iguales.
Es indiscutible la labor y el protagonismo del azulejo en esta ciudad, el tiempo pasa por Lisboa y estos elementos sobreviven al húmedo clima del mar y al viento mientras que en el resto de edificios el desgaste inevitable de la pintura no pasa desapercibido.
Los patrones de azulejos geométricos suben por las paredes de manera infinita. Cada edificio tiene el suyo propio pero en todos apreciamos los tonos azules y amarillos. Si nos remontamos a azulejos más antiguos (los hay que datan del s. XV) encontramos paletas de coloridos diferentes y preciosas combinaciones de colores, formas y tamaños. Lisboa nos recuerda que el color bien empleado llena de vida cualquier espacio, iluminándolo y dándole una personalidad propia.
Paseando llegué al castillo de San Jorge desde el que se observa toda la ciudad. La muralla, ya derruida en gran parte, deja que la naturaleza se mezcle con ella.
Tengo muchísimas ganas por volver a embarcarme en otro viaje en el que pueda descubrir lugares especiales y únicos como este. Y así, al regresar al estudio vuelva igual de llena de nuevas ideas para aplicar en nuestros proyectos.
¡Os seguiré contando…!
Almudena Gómez-Barquero Redondo
Arquitecto. BIM Manager GÄRNA